Es cierto que siempre han existido
estudiantes con menos afinidad para ciertas asignaturas, que encontramos niños
que por su personalidad nunca han podido encajar al molde único que propone la
escuela tradicional, que algunos jóvenes han sido sorprendidos por cambios
bruscos o contingencias que los han llevado a un "mal año escolar".
Pero no todo el problema académico reside en los chicos. La escuela hace años
viene sufriendo todo tipo de modificaciones que responden a los
cambios en el Sistema Económico, el Sistema Político, los avances tecnológicos
y fenómenos culturales que conviven con nosotros. Y el mundo adulto, en el afán
de una mejor calidad de vida, y también en pos de adaptarse a estas
alternaciones, trabaja mucho más y participa cada vez menos en el recorrido
escolar de los chicos. A la vez, los docentes también bregan con este período,
los encuentros generacionales, las pobres capacitaciones, el desprestigio de su
rol, etc.
Es así como, cada año son más los
jóvenes, que en la ecuación planteada a partir de estos factores, tiene que
recurrir a las clases particulares.
En mis clases, tomo en cuenta todo lo
anterior para lograr un resultado óptimo a corto plazo (que el estudiante se
organice, pueda rendir la materia y aprobarla) y a largo plazo, conseguir que
todo aquello que aprendimos juntos en los períodos estresantes de diciembre o
febrero no vuelva a repetirse, acudiendo a mí, en los momentos cruciales del
año: antes de un examen integrador, ante un trimestre dificultoso, frente a exámenes
trimestrales, cuatrimestrales o trabajos prácticos con notas de peso, o ante
dudas que no ha podido evacuar dentro del aula con la docente de su curso.
En estos siete años de clases particulares
he enseñado mucho pero también aprendido mucho. En principio a poder
comunicarme con los padres, darle una visión clara y sincera de la situación de
los chicos, explicándole con detalle mi postura y metodología y
comprometiéndome junto con los chicos a superar la instancia evaluadora. He aprendido a
poder comunicarme y entender a cada uno de los chicos y su dificultad
particular. También he vivido la experiencia de trabajar en un Centro de
Profesores y sé muy bien que allí no hace falta tener cancha, ni compromiso, ni
demasiada instrucción ni comunicación. Muchos jóvenes dan clases "de
todo" sin tener estudios comprobados. En mi caso, mi profesión son las
Letras, mi casa de estudios Púan 480, mi orientación la Psicolingüística, mi lugar
de trabajo una escuela privada en Zona Norte, mis materias son aquellas para
las que me he preparado, no ofrezco un pack de materias, me dedico a las
Prácticas del Lenguaje, que muchas veces incluye -en el aspecto de comprensión
y producción- a otras asignaturas de humanidades (historia, ciudadanía) pero
exclusivamente a las Prácticas del Lenguaje.
La realidad es que la gran mayoría de
los estudiantes que concurren a mi domicilio, llegan a mí por recomendación y
no hay mayor alegría que escuchar comentarios positivos de los padres, los
mensajes de texto: "Nicolás aprobó, Gracias".
Esta es mi manera de ser y de trabajar.
Si acaso tu hija o hijo, necesita apoyo
en mi materia, no dudes en consultar. Trabajo todo el año, en mi domicilio con
una amplia disponibilidad de días y horarios.
Ivana ( 15 - 5 - 859 - 2921 )
En el aula, durante los festejos pre- Bariloche de mis alumnos de 6' |