miércoles, 20 de abril de 2016

Los problemas de la Escuela: la crisis de la que todos "saben"

Cada nuevo año se le ofrece al docente capacitaciones de médicos, psicólogos, psicopedagogos y demás especialistas para colaborar de manera interdisciplinaria con nuestra tarea.
Lo cierto es que cada año, un curso o grupo de adolescentes es distinto. Y la forma de presentar el programa aplicable al año también varía. Nunca hay certeza, a pesar de que abunden estrategias y consejos de profesionales.
En mi trabajo diario en las escuelas y con mis alumnos particulares, se puede observar los vacíos y las debilidades de un sistema educativo que se logra sostener (o más bien pende) a veces improvisando y a veces implementando drásticamente nuevos procedimientos y metodologías. Todos los años hay una receta mejor (novedades) y esto no permite analizar si las propuestas anteriores fueron atinadas o no. Y aunque se ofrezcan supuestas soluciones de integración (e.g. que haya muchas fechas e instancias para rendir materias previas) el problema continúa o se agrava.
Cada estudiante es un mundo y el desafío del docente es tan enorme como ese chico multiplicado por veinte, porque tiene que sistematizar una forma, una única. Implementar un diseño común a todos. Aplicar un modo de trabajo homogéneo en una heterogeneidad acentuada.
Esto es ahora la escuela. Un universo donde todos participan, menos los actores reales (los estudiantes, al margen)

Mi solución transitoria a esta cuestión fue ofrecer un abanico variado de formas para encarar ciertos temas. Y trabajar sobre las apreciaciones particulares de cada chico o chica. Saber qué entienden y qué no entienden. Partir de sus intereses y crear una dinámica justa, aunque de antemano se presenten casos que la escuela acoge pero que la escuela no logra "hacer encajar" (chicos con intereses menos "teóricos", chicos con afición por el arte, el deporte, la música, los trabajos manuales).


Mis clases particulares contemplan esta realidad e intentan ser un paliativo para aquel alumno o alumna que no puede seguir el ritmo, que no logra encauzar sus energías, sobre todo para aquel que necesita organizarse, y  necesita herramientas para poder desarrollar sus propias ideas, realizar una lectura personal a través del reconocimiento y la reflexión.

Si necesitás ayuda, en cualquier área de Humanidades, contá con mi guía para superar instancias desmoralizantes (exámenes, trabajos prácticos, monografías informes) que parecen alejarse de nuestros objetivos y de nuestro interés concreto, pero que son el obtáculo o el requisito previo a "la acreditación".

Ivana

(15 5 859 2921)